16 de enero de 2011

Tristeza




Tristeza, soledad, oh maldita devoción.
Cuán soñaba día y noche por su esencia.
Acaso no es suficiente todo este dolor,
todo este coraje, todo este tormento…
Y aun así dejo que mi corazón se consuma
engullido en oscuridad y ausencia, tal evidencia:
que mi alma esta encadenada de por vida
bajo un sueño eterno de deseo inalcanzable
Un deseo esperanzador que aviva pese a todo,
las ganas por vivir bajo un tormento de soledad.


1 comentarios:

hadama dijo...

que bonitas poesías mar me encantaron los escritos me paso otro día par leerme las todassssss un besitin mi niña

despues de todo...

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